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domingo, 29 de octubre de 2017

Leyendas de Morelos (zacatecas)

LAS BRUJAS… Dia 6
La Leyenda de la Bruja del Tepozteco
Escrita y Adaptada por Eduardo Liñán.

El estado de Morelos es rico en innumerables leyendas; prehispánicas, sobrenaturales y muchas que han tenido que ver con la formación del país. Sin embargo es en Tepoztlán en donde nos encontramos con una leyenda fascinante. En ese lugar existe el cerro del tepozteco, un lugar mágico que guarda secretos y convergen muchas culturas y mitos, tanto de este mundo como de otros mas allá de nuestra comprensión. Esta historia sucede hace muchos años cuando el pueblo comenzó a crecer y a ser parte de la visita de cientos de personas que venían a este sitio a cargarse de energía y a practicar el esoterismo y curaciones místicas. El curanderismo y chamanismo tenía un lugar privilegiado en este sitio y había muchos representantes de esas prácticas.



Pero la energía mística del lugar también atrajo a fuerzas obscuras, contrarias a lo que en su mayoría se practicaba aquí. Los pobladores comenzaron a ver extrañas apariciones en las inmediaciones del cerro, eran bolas de fuego que iban de un lugar a otro atravesando los cerros a gran velocidad y postrándose en los arboles. Los cuales no se quemaban a pesar de ser envueltos en un gran fuego, parecía que estos lugares les daba fuerza a aquellas apariciones las cuales parecían aumentar en tamaño y numero. La gente empezó a temer por sus vidas y lo peor llegaría después. El temor y la psicosis colectiva se apoderó del pueblo, todos temían que aquellas apariciones presagiaban males y pestes . Empezó a haber entonces casos de niños muertos en circunstancias extrañas, que amanecían sin vida con el cuerpo lleno de moretones y heridas por las cuales se desangraban. Incluso con los padres a un lado; simplemente morían lentamente sin que nadie se diera cuenta. Los padres alegaban que caían en un sueño muy profundo y que no se percataban de los gritos o lo que pasaba a su alrededor mientras sus hijos perdían la vida de forma extraña. Pero todos los sabían, se trataba de las brujas que se alimentaba con la sangre de los infantes.

Los curanderos entonces empezaron a ayudar a la gente a protegerse. Ajos y cebollas en puertas y ventanas, alrededor de las camas y cunas para ahuyentar a las brujas, además de un sello para las entradas , que eran cruces benditas hechas de semillas de mijo; todo lo anterior para evitar que la maldad acechara y entrara a las casas. La medida comenzó a funcionar y las brujas poco a poco se iban retirando de aquellos lugares, algunas veces la gente encontraba los restos putrefactos de mujeres muertas en las copas de los árboles o a las orillas de los caminos, que evidenciaban que estas, al no tener de donde alimentarse iban muriendo poco a poco. El tiempo pasó y las extrañas presencias en el cielo comenzaron a dejar de verse a excepción de una que atravesaba el cerro y el pueblo de extremo a extremo a gran velocidad. La paz era relativa, aun había temor y los chamanes decían que aquella bruja se retiraría o moriría conforme pasaran los días; pero estaban en un error.

Se dice que toda esa afrenta y exterminio , hizo enfurecer a la maldita bruja y empezó una cruzada para cobrar venganza en contra de los curanderos, los cuales empezaron a morir, sufriendo horriblemente por asfixia, envenenamiento, estrangulación y el ultimo de los curanderos mayores fue decapitado y desmembrado, su cuerpo fue hallado en un callejón aledaño a la plaza principal, rodeado de animales muertos , todos los curanderos estaban desangrados; por lo que intuían que la bruja se estaba alimentando de ellos. El miedo se comenzó a sentir en todo el pueblo nuevamente, la gente no salía a las calles por temor y los días de terror agobiaron a Tepoztlán ya que las muertes de los pobladores comenzaron a suceder continuamente.
Por aquellos días, una curandera muy vieja de gran experiencia en manejo de energías y plantas medicinales, regresó al pueblo después de un largo viaje de preparación en cerros de la región. Al enterarse de la situación se llenó de coraje y juró que todos sus amigos y curanderos recibirían justicia. Fue entonces que se preparó por varios días en algún punto del cerro del tepozteco.

Cuando por fin terminó de equilibrar sus energías y estar lista para el encuentro con la bruja, bajó del cerro por una vereda y le salió al paso la bruja, era un anciana indígena de rostro arrugado y siniestro, con vestidos de la época prehispánica, descalza y con los pies negros llenos de hollín, en cuyos ojos se reflejaba la maldad y el odio por la humanidad y todo lo que representaba la bondad y el amor. La lucha entre ambas fuerzas comenzó de manera brutal, era tanta la energía y la fuerza con la que peleaban a muerte, que se desató una gran tormenta en el pueblo, relámpagos y truenos sonaban por todo el valle y los rayos se concentraban en el cerro reventando las piedras y ocasionando derrumbes que peligrosamente caían en las casas de los pobladores, los cuales salieron a la plaza para ver aquel místico encuentro.

De algún modo se dieron cuenta que la curandera estaba perdiendo y es que era tal la maldad de la bruja que su poder era muy vasto, fue entonces que las mujeres y algunos ancianos decidieron hincarse y orar para ayudar a la curandera con sus oraciones, al hacer esto el cielo se abrió entre las obscuras nubes de la tormenta para dar paso a un rayo de luz que cubrió a todo el pueblo. Entonces la bruja comenzó a perder fuerza y sintió temor por lo que decidió huir, como conocía las veredas y las cuevas del cerro, corrió por un camino empedrado, pero ya la estaban esperando los hombres del pueblo armados con machetes y palos. La bruja entonces intentó alzar el vuelo cubriéndose de fuego, pero estaba tan debilitada que su vuelo era errático y chocaba con las piedras y las laderas del cerro, en algún punto, la naturaleza comprendiendo la maldad y el peligro que representaba esta figura siniestra, hizo que se abrieran las rocas del cerro para enterrar a la malvada bruja para siempre, quedando impreso su rostro en la piedra, como advertencia de la obscuridad y el odio que puede alimentar la maldad.

Con esto terminó la terrible maldición que cubría a Tepoztlán, la paz y la magia volvió al pueblo que comenzó a acrecentarse con el tiempo. Sin embargo dice la leyenda que la bruja sigue ahí atrapada en el cerro, esperando la oportunidad de salir, cargándose con la energía negativa de la gente para tomar fuerzas de nuevo y romper su prisión de roca, y regresar a cobrar venganza con los pobladores de Tepoztlán.

~Eduardo Liñán

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